Pongo este video que aunque tiene mala calidad contiene uno de los mejores momentos de mis diez años de costalero bajo mi Señor de la Sagrada Cena.
Después de una gran estación de penitencia donde nuestro entusiasmo por mostrar la forma de andar con cambios que por aquellos tiempos no era muy bien vista y que esta cuadrilla junto con la Hermandad decidió imponer en nuestro misterio. Nos hizo pedir marcha continuamente, esto añadido a que en aquellos años los relevos eran escasos, cosa que hoy por hoy se ha superado por lo menos en nuestra Hermandad, nos llevó a este momento en Rafael Rivero. Llantos de dolor, tirones musculares y el agotamiento físico, hacía que San Marcos pareciera que estaba más lejos. Pero apareció la casta de aquellos hombres y tras unas palabras de nuestro patero derecho Emilio Ruiz, palabras que me permitiréis que me guarde como un tesoro en mi recuerdo costalero, afloró la hombría, honradez, compañerismo y humildad de aquella cuadrilla de hombres cabales. Todo esto sucedía mientras Salmonete cantó aquella saeta, apareció la fuerza no sé de donde pero el Castillo se levantó y el Campeón de la Copa en la mano sonrió al ver que lo que tenía bajo sus pies, eran cuarenta almas dispuestas a darlo todo por él. Tres chicotás se sucedieron hasta San Marcos ¡que tres chicotás de arte Dios mío! y en sus cuatro mármoles quedó.
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