Como todos los años llega la cuaresma y con ella los viernes de ensayos. En esas estaba este viernes, echando un cable en el bar de mi hermandad, cuando empezaron las escenas tantas veces repetidas: fajas ciñéndose a los riñones, ruidos de precintos ajustando suplementos y como no el esfuerzo sincronizado de todos en los costeros, izquierdos del misterio y mecidas de la mesa del palio.
Entonces necesite el poder plasmar todo aquello que veía.Recorde aquellas décimas del gran Don José Antonio Garmendia dedicadas a un costalero y tomándome la licencia las modifique para que ajustaran a los costaleros de mi hermandad, aquí están:
De la tropa costalera
General de división,
Eres como un torreón
Que enarbola la bandera.
Rey de la trabajadera,
Portador de un Dios que te mira,
De un San Juan que le admira,
De Judas que le afea,
De una Madre, niña hebrea,
Que solloza y que suspira.
Y cuando, pidiendo guerra,
Aúpas a la Señora,
Eres, hombre, en buena hora,
Ángel con pies en la tierra.
¡A ÉSTA ES! El grito encierra
La profunda teología,
La minima letanía,
Que invento no sé qué loco,
para que, poquito a poco,
Anden Jesús y María.
Oro de sin par pureza
Tu gran majestad pregona:
El oro de la corona
Que corona tu fuerza.
Y afirmando tu realeza,
desde costero a costero,
la madera del madero
es armiño de tu manto.
Dios bendiga tu quebranto,
Dios te guarde, costalero.
Fernando Baños
